miércoles, 24 de octubre de 2012

El país de los juguetes rotos.

Y bueno, nada. Otra "historia" q nunca va a terminar de ser escrita... pero es que mi barita mágica me dio mucha inspiración mística y tenia ganas de escribir algo!! No es genial mi barita?...!! --->
Lo se,  la gente no se va a creer que tengo 19 años si agarro una rama y la transformo en una barita...
Pero tenia tanta forma de barita que no me pude resistiiiirrr!!!!!!!!!!!!!!!11
Y bueno.. la historia q invente, creo q nacio porque queria un personaje con una barita magica echa asi de precariamente =w=!!!!!
Y el titulo de la historia es lo mas improvisado del mundo.. solo lo elegi porq suena bien.. y porq las historias necesitan un titulo para ser felices D:!!!!
Y bueno, entonces ahí va lo q vendria a ser un primer capitulo, pero nunca va a haber un segundo, asi q es lo mismo. XD
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Me quede boquiabierto. La muchacha enfrente de mi meció suavemente su "barita mágica  y la herida sano completamente.

- Kyupyun~ Curado~~ - Dijo alegremente mientras daba saltitos a mi alrededor.

Mire fijamente la ramita que tenia en la mano. No parecía ningún artefacto mágico ni nada capaz de curar una herida de semejante magnitud. Solo un ramita de esas que uno puede levantar del piso cualquier dia de otoño con una estrellita de papel amarillo pegada con un poco de cinta adhesiva  Estaba al nivel de accesorio del disfraz de un niño de primaria o tal vez menos. Apartando mi vista del juguetito que acaba de salvar mi vida, di una rápida mirada a todo su extravagante atuendo. Zapatos de gamuza marrón claro, medias altas blancas hasta pasando las rodillas, una pollera corta bien pomposa rosa clarito, una camisa de mangas cortas llena de firuletes, una gargantilla negra con un pendiente con forma de mariposa, ojos grandes y celestes, una sonrisa picarona y por ultimo su pelo, no muy largo pero atado en dos coletas con unos moños que daban la sensación de que eran orejas de gato.

Me quede atónito observándola, hasta que un muchacho que se encontraba detrás suyo comenzó a hablar.

- Berenice, ¿Ya has terminado? - su voz era seria.

- Yeah!! All done- respondió la rara muchacha a la que habían llamado Berenice mientras se incorporaba de un salto, elevaba las manos y las sacudía.

El hombrecito, comenzó a caminar hasta donde yo me encontraba. Al igual que Berenice, llevaba un objeto que parecía de mentira. En su caso era una "lanza", construida con el palo viejo de un escobillon, bien pintado con acrílicos y con algunos detalles extras echos con cartón, que al igual que en el caso de la mística barita mágica  aun pareciendo menos que un juguete, servía a su propocito. Acababa de presenciar  como dicha arma masacraba a esas horribles bestias que habían estado persiguiéndome.

A diferencia de Berenice, cuya ropa llama mucho la atención,  la forma de vestir de el muchachito era bastante común  Solo llevaba una larga capa negra hasta mas o menos por las rodillas y unos simples pantoles del mismo color. Lo que mas llamaba la atención eran sus ojos. O mejor dicho su ojo, ya que si bien llevaba el pelo de manera que tapaba bastante el lado izquierdo de su rostro se podía ver que llevaba un parche. Pero lo que mas capturaba mi atención  haciendo que no pueda apartar la vista, era el color del ojo restante, un rojo tan intenso como la sangre.

Cuando estuvo a una distancia relativamente cerca, me miro y finjio una sonrisa. No sabría como describirlo, pero se notaba que no estaba cómodo sonriendo. Resultaba evidente que no era parte de su naturaleza pero de igual manera, como si alguien le hubiera dicho que lo haga hacia su mejor esfuerzo para que resulte natural. Extendió su mano la cual estaba cubierta de un guante de cuero y me la ofreció.

- ¿Como te encuentras? - Su voz, al igual que su expresión se esforzaban al máximo por intentar resultar amables.

Berenice lo miro y comenzó a reírse.

- Es la primera vez~ Es la primera vez~ - empezó a canturrear mientras se cubría la boca con ambas manos

El muchacho se sonrojo y volvió a su cara seria.

- ¡¡No te rías Berenise!! - se quejo intentando disimular su vergüenza.

No entendía muy bien lo que estaba ocurriendo, pero la tensión que había habido hasta ese momento se disperso.

- Misteriosamente estoy vivo - conteste con una expresión calmada mientras intentaba ponerme de pie.

El chico volteo hacia mi otra vez y me ayudo a incorporarme  Una vez parado, note que el muchacho era varios centímetros mas bajo que yo y sin darme cuenta apolle mi mano sobre su cabeza. Inmediatamente su cara se torno completamente roja y dio un par de pasos hacia atrás.

- Lo siento... - intente disculparme - lo hice sin pensar

Desvió su mirada y cubrió su boca con el reverso de la mano. Respiro profundamente varias veces. Berenice lo miraba realmente divertida. Y cuando parecía que él por fin había reunido el valor para seguir hablando, ella lo golpeo fuertemente en la espalda.

- Tu puedes, nyan~~

- ¡¡BERENICE!!

Esta vez, no pude evitar reírme yo. Parecía un ciclo.

- Em.. - interrumpí su simpática discucion - ¿Podría preguntar que es lo que esta pasando aca?

Por más que la situacion pareciese amigable en ese momento, no había forma de que olvide que había sido perseguido y casi asesinado por unas bestias enormes hace no mucho rato y que había sido milagrosamente salvado por un par de niños y unos juguetes caseros. Todo parecía tan irreal que no terminaba de tomármelo muy en serio, pero de todas formas quería aunque sea una explicación temporal.

Entonces el muchacho aclaro su garganta, pero antes de que pudiese empezar a hablar, Berenice lo interrumpió.

- Este muchachito de aquí es Seth, y yo soy Berenice, aunque puedes decirme Ber, el único ser aburrido que me llama por mi nombre entero es Sethy...

- No me llames por apodos raros. - Seth comenzó a hablar cortando lo que Berenice estaba diciendo.

- Tu no me llames por mi nombre completo.

No terminaba de decidirme, si ellos se llevaban muy bien o muy mal, pero si seguían peleándose a cada rato no teminarian de contarme nada nunca. Aplaudí un par de veces para llamar su atención  Al darse cuenta como de había ido de tema, Seth bajo los ojos y Berenice saco la lengua y se golpeo la cabeza suavemente.

- Realmente lo siento, la distraje... - Seth se disculpo haciendo una pequeña reverencia.

- Esta bien, no es para tanto. - Me sentí un poco incomodo por tanta formalidad de su parte.

- Entonces, como estaba diciendo - Berenice aclaro su garganta - Seth y yo formamos un dúo de aliados de la justiciiaa!!!

Estas ultimas palabras fueron acompañadas por una cómica pose heroica. Seth la golpeo en la cabeza. Al verlos al lado me sorprendió que Berenice era levemente mas alta que Seth.

- No podemos dar demasiados detalles hasta estar seguros quien eres... Primero, tenemos que confirmar si tu realmente eres el príncipe...

- ¿ Príncipe? Ya veo.. creo que se confundieron de persona entonces. Yo soy un ser cien por ciento normal sin una pizca de realeza.

No se porque en ese momento tuve tanta necesidad de negar la acusasion de Seth. Si bien era más que obvio para mi que no era ni un príncipe ni nada parecido, algo en mi interior me obligo a decir esas palabras, para que no se filtrara la mas ínfima duda de quien era. Como si, la mas pequeña bacilacion me fuese a meterme en un lio del que no podría salir.

- Le ruego que me disculpe Eden Wolk, su palabra no es suficiente. - Seth miro directamente a mis ojos.

Al escucharlo nombrarme un repentino escalofrió trepo por toda mi espalda. ¿ Porque lo sabía? En ese momento, me di cuenta, que el echo de que ellos dos me hayan salvado, el echo de que esas horripilantes bestias me hayan perseguido, nada de todo lo que había sucedido esa tarde había sido casualidad.

Seth busco algo en su el bolsillo de su capa. Sacó un dije plateado y me lo lanzo. Sin comprender lo que estaba pasando agarre la pequeña joya. Apenas la toque comenzó a brillar.

El brillo era mas intenso que cualquiera jamas había visto. Era como mirar directamente al sol y que el sol estuviese a solo dos pasos de uno. Realmente no se que paso después de eso. Creo que perdí el conocimiento.

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